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Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del hombre cuando ve algo o una persona importante para ellos. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros.
La creencia de que las huacas, enojadas por la expansión del cristianismo, se posesionaban de los indígenas y les hacían tocar música, bailar y anunciar la voluntad divina de restaurar la cultura, la población bautizada. Creían que un ritual como este derrotaba al dios europeo y anulaba el bautismo.
La hipótesis del hemisferio derecho, fue propuesta a principios del siglo XX, por el Dr. Charles K. Mills (1912), quien afirmaba que la emoción y la expresión emocional están más representadas en el hemisferio derecho. Para Mills (1912), tanto la emoción como la expresión emocional se encontraban representadas en la corteza cerebral, la emoción por un lado en la región prefrontal, y la expresión emocional en la región mediofrontal. Este punto de vista, en el cual el hemisferio derecho está involucrado en todos los procesos de la emoción, fue posteriormente retomado por Sackeim y Gur (1978) y otros. Actualmente se cree, que la especialización del hemisferio derecho se limita a su expresión y percepción (Adolphs, Damasio, Tranel, & Damasio, 1996).
Hess y Brügger acuñaron en 1943,7 el término reacción defensiva afectiva para describir los comportamientos producidos por la estimulación del hipotálamo en gatos, en particular: a) enjorobarse, b) aplanar las orejas, c) mostrar los dientes, d) gruñir, e) sacar las garras, f) piloerección (erizamiento de los pelos) y g) midriasis marcada. Hess y Brügger sugirieron que así como la defecación y el vuelo eran manifestaciones típicas del miedo, la reacción de defensa, era la expresión de la rabia.
Entre los trabajos que inspiró el circuito de Papez, se encuentra el sistema límbico de MacLean, el cual es un modelo anatómico con mayor sustento. El modelo de MacLean integró las ideas de Papez y Cannon y Bard, con los hallazgos de Klüver y Bucy.
Para MacLean (1970 en Dalgleish et al., 2009), la arquitectura del cerebro consiste en tres sistemas cerebrales, que caracterizan un desarrollo evolutivo:
El primer sistema, consiste en el cerebro reptiliano (complejo estrial y los ganglios basales), con la cual se pueden observar emociones primitivas como la agresión y el miedo.
El segundo sistema es el antiguo cerebro de mamífero, el cual aumenta las respuestas emocionales del cerebro reptiliano como la agresión, además de elaborar las emociones sociales, este sistema cerebral incorpora componentes del circuito de Papez (hipotálamo, tálamo, hipocampo y la corteza cingular) con estructuras importantes como la amígdala y la corteza prefrontal.
El tercer sistema, el nuevo cerebro de mamífero
Aproximadamente 20 años después del trabajo de Klüver y Bucy, Weiskrantz (1956 en Dalgleish, 2004) mostró que las lesiones bilaterales de la amígdala eran suficientes para inducir:
la oralidad,
la pasividad
la conducta alimenticia extraña y
el aumento de las tendencias exploratorias del síndrome.
Por lo que a partir de estos trabajos, la amígdala es considerada como el centro de atención de los investigadores en los sistemas neurales de la emoción.