1. Cada día en plan de conquista	nuevas acciones basadas en el conocimiento que se tiene de la pareja, mantendrán la chispa y la emoción y evitan que el otro o uno mismo se convierta en algo tan obvio como el sofá de la sala.	nuevas acciones
2. Tener una vida propia	Tener amigos propios, intereses individuales, actividades independientes de la pareja, es conveniente tanto para la persona como para la relación
3. Modificar rutinas	Es darle espacio a la espontaneidad, atreverse a hacer propuestas fuera de lo común y cambiar la comodidad por la acción
4. Interesarse por lo que hace el otro	Los hobbies, gustos, intereses y el conocimiento del otro, pueden aportarle mucho al universo propio
5. Tener momentos exclusivos para compartir entre dos	El hecho es nunca olvidar que el otro, fuera de ser “el papá o la mamá de mis hijos, es mi pareja”.
6. Una buena relación sexual	Buscar o crear ambientes adecuados (también emocionales) y evitar los encuentros “automáticos” son buenas formas de mantener una relación dinámica y emocionante
7. Ser siempre un reto	Aquello que se cree ya conseguido, pierde interés. El concepto de incondicionalidad en la pareja es peligroso y promueve actitudes y acciones irresponsables
8. Hacer de las caricias una novedad	Su efecto positivo es tanto para quien las da como para quien las recibe. Se puede acariciar con las puntas de los dedos o con la mano entera, con el dorso o con un simple juego de dedos. Son cientos las formas para explorar y expresarle sentimientos al otro.
9. Ser compinches	Se está construyendo una vida y un futuro en común, pero también se necesitan espacios de distensión, de ocio, de diversión y picardía. Ser compinches de pequeñas locuras, crea un vínculo fortísimo y gratificante.
10. Evitar ser el “típico” en cualquier cosa	Liberarse de los estereotipos o evitar caer en ellos es una forma de mantener la “identidad”. Cada cual construye su día y su vida a su manera
11. Reparar y repararse	Antes de pensar en arreglar una relación resquebrajada, sería bueno preocuparse por reparar a la persona dañada y a uno mismo
12. Llave importante	Conservar los espacios individuales, saber cuándo ceder, aprender a negociar y tratarse con respeto son algunas de las llaves para tener una relación sana y olvidarse de las crisis
13. Deja de pensar que tú eres la víctima y el otro el culpable	Como seguramente sabes no hay víctima y culpable sino que ambos sois víctimas y culpables a la vez.
14. Deja de pensar que tú tienes la razón absoluta y el otro se victimiza	Piensa que si tu pareja se sitúa en un rol de víctima constante, quizás sea porque de algún modo no se siente comprendida por ti. Quizás no le has transmitido suficiente empatía, afecto y apoyo emocional; y con su posición de víctima reclama esas carencias
15. Identifica cuáles son los problemas de pareja	Tomaros un tiempo para pensar. Hacer una lista cada uno por separado enumerando los conflictos os puede ayudar a identificarlos. El siguiente paso será el de comentarlos conjuntamente, en un ambiente sereno y empático
16. Pregúntate qué has hecho tú mal	Lo podría haber hecho mejor? De qué manera? Si él/ella me lo hubiera hecho a mí, cómo me sentiría? Estas son las preguntas que te acercan a la resolución de los conflictos con tu pareja
17. Pedir perdón y ceder NO significa rebajarse	No busques ganar la batalla, tener la razón, ser poseedor de la verdad. Esto no te lleva a conseguir paz interior y ser más feliz. De hecho si buscas ganar la batalla y tener la razón indica que no tienes paz interior. Entonces trabájate para poder tenerla.
18. Tus hijos NO son más importantes que tu pareja	A menudo ocurre que una pareja se convierten en padres y se dedican plenamente a sus hijos hasta tal punto de olvidar que, aunque tienen que enfrentarse a la difícil tarea de ser padres, la pareja tiene que seguir siendo pareja.
19. Sé persistente y no tires la toalla	No basta con sentarte un día a hablar. La relación de pareja requiere de más esfuerzo y sobretodo si te encuentras en una crisis. Si de verdad quieres arreglar la situación con tu pareja lucha por ello.
20. Acude a terapia de pareja	Para ello, debes quitarte de la mente, si los tienes, esos prejuicios que a menudo siguen a la terapia de pareja: “Yo no necesito que nadie me diga cómo tengo que hacer las cosas”, “nadie mejor que yo puede entender cuál es el problema”, “ir al psicólogo es de débiles”, “no quiero contarle mis intimidades a alguien que no conozco”

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