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Los Ebionitas
Los ebionitas consideraron a Jesús como solo un mero hombre, hijo de José y María, que en su bautismo fue capacitada para ser Mesías mediante el Espíritu Santo.
Los Alogistas
Estos negaban que Jesús fuera el Logos, rechazaron los escritos de Juan porque consideraban que los escritos de Juan estaba en contradicción con el resto del N.T. vieron también en Jesús un mero hombre, aunque nacido maravillosamente de una virgen, y enseñaron que Cristo descendió sobre él (Jesús) en el bautismo, confiriéndole poderes sobrenaturales.
Los Gnosticos
Fueron influenciados en alto grado por el concepto dualista de los griegos, en el cual la materia como inherentemente mala se representa en abierta oposición al espíritu; y por una tendencia mística a considerar las cosas terrenales como representaciones alegóricas de los grandes procesos cósmicos de redención. Rechazaron la idea de una encarnación, una manifestación de Dios en forma visible, puesto que envolvía un contacto directo del espíritu con la materia.
Los Monarquianos modalistas
Negaron también la humanidad de Cristo, en parte para sostener su deidad, y en parte para preservar la unidad del Ser divino. Vieron en Cristo solamente un modo o manifestación del Dios único en el cual no reconocieron ninguna distinción de personas.
Los Anti-Gnósticos
Con los padres Alejandrinos se encargaron de la defensa de la deidad de Cristo, pero al hacerlo no escaparon en absoluto del error de representarlo como subordinado del Padre. Hasta el mismo Tertuliano enserió una especie de subordinación, pero especialmente Orígenes, el cual no dudó de hablar de una subordinación en cuanto a la esencia. Esto se convirtió en un escalón para el arrianismo.
El Semi-Arrianismo
El semi-arrianismo propuso una vía media declarando que el Hijo es de una esencia similar a la del Padre.
El Apolinarismo
Apolinar ofreció una solución al problema. Aceptando el concepto tricotómico de los griegos acerca del hombre concepto que le hacía consistir, de cuerpo, alma y espíritu, tomó la posición de que el Logos ocupaba el lugar del espíritu (pneuma) en el hombre, lugar que él consideraba como el asiento del pecado. Su interés principal era asegurar la unidad de la persona de Cristo, sin sacrificar su verdadera divinidad; y también defender la pureza de Cristo.
Nestorianismo
acentuaron la completa humanidad de Cristo y concibieron la habitación del Logos en El como una morada espiritual únicamente, tal como también la gozan los creyentes, aunque no en el mismo grado. Vieron en Cristo un hombre en igualdad con Dios, en alianza con Dios, participante del propósito de Dios, pero no en unidad con Él.
Antropología
se ocupa de ver al hombre como creado a la imagen de Dios, el cual está dotado de verdadero conocimiento, justicia y santidad, pero quedando a causa de su voluntaria transgresión de la ley de Dios despojado de su verdadera humanidad y transformado en un pecador.
Cristología
es en parte la respuesta a ese grito. Nos relaciona con el trabajo objetivo de Dios en Cristo para cerrar la brecha y para suprimir la distancia. Nos presenta a Dios acercándose al hombre, quitando las barreras que separan a Dios y al hombre mediante el cumplimiento de las condiciones de la ley en Cristo y restaurando al hombre a su bendita comunión.