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1.1. Orden y relaciones funcionales entre las diversas potencias.

Se analizará al acto humano desde una doble perspectiva: psicoantropológica y moral. Por la primera se analizará al acto voluntario teniendo en cuenta su procedencia y el modo en que aparece ante nuestra observación. Por la segunda buscaremos la forma de especificar moralmente al acto voluntario, es decir, discernir cuando es bueno, malo, o indiferente.
Con relación al primer aspecto, decimos que el acto voluntario procede de la puesta en marcha simultánea de todos aquellos principios próximos de acción que hemos denominado potencias o facultades del alma. Desde luego nos referimos a las potencias cognitivas y apetitivas.
Con respecto al segundo punto, debemos nombrar a la voluntad, decimos que, la misma, en tanto apetito racional, es, desde luego, el principio intrínseco de donde procede el acto voluntario. Pero decimos que ésta se encuentra bajo la influencia de los apetitos inferiores o sensitivos los que, a su vez, son movidos por la voluntad en una suerte de “reciprocidad circular”. Al mismo tiempo, la voluntad no sería sino un ciego impulso si no estuviese iluminada por el intelecto.
Por su parte, la facultad valorativa o cogitativa tiene un papel central en el acto libre. Analicemos este punto. En el orden de la intención, el papel de la cogitativa es mínimo; pero en el orden de la elección, en cambio, es bien distinto.
Tengamos en cuenta que nuestros procesos deliberativos se reducen a tres actos cognitivos:
a. El Consejo
b. El Juicio acerca del Obrar
c. Imperio
a. En cuanto al Consejo, hay un verdadero silogismo, es decir, un razonamiento. Aquí la cogitativa influye por una doble vía. En primer lugar, certificando la naturaleza deleitable o nociva del acto, y en segundo lugar, condicionando el juicio de la razón que formula en universal el juicio singular de la cogitativa.
b. En cuanto al Juicio acerca del obrar, la cogitativa interviene en la determinación del sujeto por vía de la afectividad.
c. El Imperio racional sobre las pasiones y facultades motrices se ejerce por medio de la cogitativa. La voluntad mueve directamente a las facultades sensitivas en orden a la ejecución pero no en orden de la especificación. Como se ve, la cogitativa es el nexo entre nuestra vida sensitiva y nuestra vida racional.
1.2. Actos del Hombre y Actos Humanos.

Actos humanos a aquellos que actos que sólo son propios y exclusivos del hombre: Conocimiento y apetito intelectual.

Actos del hombre son todos aquellos que están en él pero no son propios pues los tiene en común con otros vivientes, Ej., sentir, tener pasiones, etc.
El acto voluntario es el acto humano por excelencia.
2. El Acto Voluntario. Definición. Propiedades.

El hombre aparece ante sí mismo como el único ente (físico) que posee aptitud para la autorrealización. Esto es, precisamente, la raíz de la moralidad. Siendo sujeto de actos, lo es de dos tipos: los actos del hombre y los actos humanos o voluntarios.

Elemento material, la espontaneidad de los actos, operación vital del sujeto, cuyo motor es la voluntad.

Elemento formal, el conocimiento de algo previo como bueno, lo que pone en movimiento la voluntad.
En tanto el hombre puede conocer el fin y, particularmente, aquello que hace a su plenitud como hombre (fin último), puede ordenar sus actos en vistas a su consecución. La bondad de sus actos dependerá de su ordenación efectiva al fin último, ordenación que en definitiva, dependerá de él mismo, de su voluntad.
Ahora bien, existen diversos niveles de voluntariedad.
 En primer lugar, decimos que voluntario es aquello que es natural por contraposición a violento (violento: Que está fuera de su natural estado, situación o modo), voluntario será lo que coincide con la tendencia natural.
 En segundo lugar, éste más estricto, voluntario significa deliberado y se entiende por contraposición a inconsciente, en cuanto que no se puede querer lo que no se conoce o cuando se está impedido para conocer.
 Finalmente, voluntario, es aquello que expresa la adhesión a un bien conocido, significa necesario y también libre.
División del Acto Voluntario
Encontramos diversos tipos de actos voluntarios, según las diferentes posibilidades de combinación del elemento material y formal
• Actos Voluntarios Perfectos e Imperfectos: depende del grado de conocimiento del fin, cuanto mas perfecto sea el conocimiento del fin, más perfecto (y, por ende, más voluntario) será el acto.

• Actos Elícitos e Imperados: El acto elícito es el acto propio de la voluntad, su querer, el cual es interior y no trasciende necesariamente. Este acto es siempre libre, puesto que nadie puede tocar la voluntad del hombre desde adentro, todas las presiones, condicionamientos, quedan en la periferia.
Por otro lado, la voluntad puede mover otras potencias (la inteligencia, los apetitos sensitivos, la potencia locomotiva, etc.) a realizar sus propios actos, se trata de actos voluntarios Imperados, los cuales no siempre presentan el mismo grado de voluntariedad y admiten, incluso, involuntariedad
Tal sería el caso de un acto realizado bajo presión física o emocional, bajo violencia física o psíquica, en los cuales el hombre hace algo que, en definitiva, no quiere. Los actos imperados son verdaderamente humanos cuando son mandados o consentidos por la voluntad.
• De Acción o de Omisión: Santo Tomás considera dos modos de acto voluntario, el positivo y el negativo. El primero procede de la voluntad en cuanto a agente: acto voluntario por acción. El segundo procede de la voluntad en cuanto causa negativa que nada hace ni obra.
• Acto Voluntario Directo e Indirecto:

El acto voluntario Directo es el que precede de una volición primaria.
El acto indirecto, en cambio, es aquel realizado en vistas a un fin, provoca un efecto no querido. Podría ser un caso lo que se denomina “mala praxis medica”.
Pero la pregunta es, ¿Cuándo es imputable al agente el efecto indirecto?
Sólo cuando se cumplen las siguientes condiciones:
En primer lugar, cuando el agente pudiese evitar dicho efecto indirecto, segundo, cuando existe una relación causal entre su acto y dicho efecto, de modo que se sigue efectivamente de él, y por último, cuando hubiese podido evitar la causa.
Si pudiendo evitar su acto (la causa) y no lo hizo, o pudiendo prevenir el efecto, no lo previó o no le dio importancia, entonces dicho efecto le es imputable aunque él no lo haya querido
• Voluntario en la Causa y de Doble Efecto

Muchos autores confunden el acto voluntario indirecto con el de doble efecto, pero demostraremos que no son lo mismo.
En el de doble efecto, el agente conoce de antemano que el acto que realizará producirá dos efectos, uno bueno y otro malo, en cambio en el voluntario indirecto eventualmente podría seguirse un efecto distinto del natural y querido por el agente, colateral a aquel.
Por ejemplo, el médico que le receta a su paciente penicilina y no toma los recaudos para saber si éste es alérgico y luego su paciente muere por causa de su alergia, debe ser imputado.
En cambio, el médico que informa a su paciente que debe amputarle una pierna para salvar su vida, pero quedará lisiado, vemos, por un lado, dos efectos: uno bueno, pues le salvará la vida a su paciente, y otro malo, ya que quedará lisiado.
¿Cuándo es moralmente lícito realizar un acto del cual se seguirán dos efectos, uno bueno y otro malo? Es moralmente lícito realizar este acto cuando se den las siguientes condiciones: en primer lugar que el acto sea bueno en sí mismo, o al menos indiferente. En segundo lugar, que lo que especifique la acción sea el efecto bueno (objeto). En tercer lugar que el efecto malo no sea querido ni intentado, sino solamente tolerado. Por último, que el efecto bueno sea mayor que el malo.
• Cooperación

Se trata de aquellos actos mediante los cuales un sujeto coopera en el acto de otro. Esta cooperación o concurso admite diversas formas. En primer lugar, puede darse una cooperación material, por la simple presencia o proximidad física.
En segundo lugar, está la cooperación formal, en tanto uno como otro agente quieren lo mismo, dicho de otra manera, el colaborador está de acuerdo con el agente o con el que ésta hace, o, al menos, no se apone.
4. Obstá***** del acto voluntario

El acto voluntario se entiende como “aquel que procede de un principio intrínseco con conocimiento del fin”, puesto que es concausado por la inteligencia (que actúa en modo de cusa final, pues por ella, el sujeto conoce algo como bueno) y por la voluntad (que opera a modo de motor o de causa eficiente, tendiendo hacia aquello que la inteligencia le muestra como fin).
Si aclaramos que esto ocurre en el obrar propiamente humano, es porque es posible que el hombre obre muchas veces sin tener en claro que o porque lo hace, o sin dar un consentimiento pleno a lo que esta haciendo, o sin haberse detenido a considerar previamente la consecuencias de sus actos.
De lo anterior le sigue que la voluntariedad admite grados; y como se trata de una cualidad, estos grados implicaran una menor o mayor intensidad, sea de deliberación o conocimiento del acto, de sus efectos o del objeto sea de consentimiento o de adhesión. Aparece así la involuntariedad de algunos actos humanos que alteran la libertad de los mismos, modificando la responsabilidad del sujeto.
Existen diversos factores de la voluntariedad-libertad; algunos son ajenos al sujeto (situación familiar, entorno social, circunstancia histórica), otros internos (ignorancia, ebriedad, inmadurez); algunos son próximos al acto y lo modifican solo a el (olvido momentáneo, emoción violenta, etc), otros remotos y afectan a toda la conducta del sujeto (enfermedad mental, temperamento, educación recibida). Todos inciden sobre la conducta, sea afectando la inteligencia (concretamente, la segunda operación, el juicio) o ala voluntad (concretamente el consentimiento).
Trataremos solo de los obstá***** próximos comenzando solo los que afectan a la inteligencia y luego a la voluntad:
. Obstá***** que afectan a la potencia cognoscitiva

Disminuyen o impiden la deliberación, incidiendo indirectamente sobre la voluntad. No toda disminución de involuntariedad implica menor responsabilidad por parte del sujeto; en algunos casos ocurre lo contrario, que la responsabilidad sea mayor.
Ignorancia: es la ausencia de conocimiento debida en sujeto capaz. Toda falta de conocimiento relacionado con la bondad o malicia del acto que se va a realizar, disminuye la voluntariedad. En algunos casos esto va acompañado de una disminución de la responsabilidad mientras que en otro no. La diferencia se capta si se atiende a la definición. De acuerdo con ella, no es cualquier falta de conocimiento que le interesa, sino la ausencia de un conocimiento que el sujeto esta obligado a poseer, siendo, además, capaz de el.
La ignorancia admite diferentes formas, que es preciso tener en cuenta al fin de discernir si hay o no responsabilidad y en que grado.
o De hecho: recae sobre el acto en si, sobre el objeto propio de dicho acto (por ej. desconoce los efectos abortivos del DIU, ignora que este dispositivo impide la implantación del embrión en útero.
De derecho: recae sobre la norma moral o jurídica que juzga sobre la bondad o malicia de dicho acto (Desconoce la enseñanza anticonceptivos
En materia moral tanto la ignorancia de hecho como la de derecho disminuye la responsabilidad del sujeto cuando son invencibles. En cambio, en materia jurídica, la ignorancia de derecho no exime de responsabilidad, puesto que la ley se supone conocida por todos.
La ignorancia puede ser:
o Vencible: es cuando el sujeto podría salir de ello consultando o poniendo algunos medios que están a su alcance. Si permanece en su ignorancia es por negligencia. Es fácil de deducir que la ignorancia vencible negligente, aunque disminuye la voluntariedad no disminuye la responsabilidad, mientras que la ignorancia vencible afectada no disminuye ni la voluntariedad y ni la responsabilidad.
o Invencible: es cuando el sujeto no puede salir de ella por los medios que tiene a su alcance o aún habiendo consultado no encontró respuesta. Por eso es que, en materia moral, esta ignorancia disminuye (e incluso redime de responsabilidad cuando es absoluta) al sujeto que así obre
Además de la ignorancia existen otros obstá***** a nivel de conocimiento.
• El Error consiste en un juicio equivocado sobre el acto, o sobre el sujeto, o sobre la cosa. Aquí no falta conocimiento, sino que se tiene conocimiento falso.
• La Inadvertencia, o falta de atención actual (del momento) respecto de algo que se conoce habitualmente.
• El Olvido, consiste en la perdida o privación (actual o habitual) de un conocimiento que algún momento se tuvo.
4.2. Obstá***** que afectan la libertad
Si atendemos a la definición de libertad como “ausencia de trabas”, o como “la posibilidad real de elegir entre dos o más opciones”, aparecen diversos factores que condicionan o puedan condicionar la conducta humana, dificultando la elección.
• Pasión: se atiende principalmente a los movimientos del apetito concupiscible, vehementes y transitorios, que se presentan acompañado de alguna inmutación corporal, particularmente el deseo y la aversión. Estos especialmente son muy intensos e influyen sobre la conducta del sujeto, dificultando el juicio y atando su voluntad, de modo que (aunque vea que no deberia aceptar tal o cual cosa) se ven empujado a obrar en el sentido de la pasión. Lo mismo ocurre con la ira, que puede atar la voluntad en el solo deseo de venganza, fuera de toda razón.
Cuando la pasión es anterior al acto voluntario, su presencia disminuye la libertad, puesto que guía al sujeto a obrar en un solo sentido, quitando de hecho la posibilidad de optar por lo contrario (o restándole fuerzas a la voluntad para elegir en otro sentido). Por el contrario cuando la pasión es posterior al acto de la voluntad o lo acompaña, aumenta la voluntariedad y la libertad porque el sujeto se autodetermina libremente y su decisión es revestida de pasión.
Hay que tener en cuenta que las pasiones no son moralmente ni buenas ni malas. En cuanto tales son buenas, y uno de los elementos que integran el dinamismo humano. Cuando acompañan a los actos voluntarios, sometidas al gobierno de la razón intensifican la voluntad. Y si el acto es moralmente bueno o hace más bello,
por ej no solo bueno sino además bello, el acto por el cual arriesga su vida para salvar otra, si lo hace, no de un modo indiferente, sino con pasión.
• Miedo: puede definirse “turbación interior `producida por la amenaza de un mal inminente”. Esta pasión influye sobre la voluntad atándola, de modo que la obstaculiza en la realización de su acto propio (el querer esto o lo otro). Si el miedo es leve no quita la libertad; pero, si es muy intenso, como ocurre con el pánico, entonces difícilmente el sujeto obre libremente. El miedo muy intenso puede llegar a nublar la razón afectando la deliberación.
El miedo puede ser la causa principal de la decisión tomada. La diferencia es clara: aquel que obra POR miedo hace o se abstiene de hacer no lo que querría, sino aquello que se le impone como modo de evitar lo que teme por ej obra por miedo el que, conociendo un ilícito, no se anima a denunciarlo por miedo a una represalia, o aquel que entrega el dinero al asaltante que lo amenaza de muerte. En estos casos, disminuye la libertad pero no la responsabilidad. En cambio obrar CON miedo no disminuye la libertad, al contrario, puesto que el sujeto se sobrepone a la pasión y, a pesar de esa turbación que lo embarga, realiza el acto debido o se abstiene de hacer lo que no debe.
• Violencia: la violencia coarta la liberta física del sujeto, quien realiza el acto bajo la presión física o psíquica de otro. Se trata de una acción externa de un sujeto sobre otro (sobre su cuerpo, violencia física, o sobre su voluntad, violencia moral), para forzarlo a obrar en un determinado sentido.
La violencia no alcanza jamás los actos propios de la voluntad: por el propiamente n o toca la voluntad, la cual puede seguir queriendo lo contrario de lo que se impone. En la medida del que sujeto violentado opera bajo la presión de otro, sin consentir de ningún modo, no hay acto voluntario y, por lo tanto, no es responsable de lo que hace