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¿QUE SON PRIMEROS AUXILIOS?
Se entienden por primeros auxilios, los cuidados inmediatos, adecuados y provisionales prestados a las personas accidentadas o con enfermedad antes de ser atendidos en un centro asistencial.
No basta la buena predisposición para ayudar a los accidentados sino que es necesaria una relativa preparación que permita actuar con seguridad, firmeza y rapidez para atender lo mejor posible al damnificado, hasta que arribe al lugar el personal especializado.
Objetivos de los primeros auxilios
Los objetivos de los primeros auxilios son:
a.: Conservar la vida.
b.: Evitar complicaciones físicas y psicológicas.
c.: Ayudar a la recuperación.
d.: Asegurar el traslado de los accidentados a un centro asistencial.
¿Qué NO hacer?
• No metas las manos si no sabes
• No toques las heridas con las manos, boca o cualquier otro material sin esterilizar. Usa gasa siempre que sea posible. Nunca soples sobre una herida.
• No laves heridas profundas ni heridas por fracturas expuestas, únicamente cúbrelas con apósitos estériles y transporta inmediatamente al médico.
• No limpies la herida hacia adentro, hazlo con movimientos hacia afuera.
• No toques ni muevas los coágulos de sangre.
• No intentes coser una herida, pues esto es asunto de un médico.
• No coloques algodón absorbente directo sobre heridas o quemaduras.
• No apliques tela adhesiva directamente sobre heridas.
• No desprendas con violencia las gasas que cubren las heridas.
• No apliques vendajes húmedos; tampoco demasiado flojos ni demasiados apretados.
¿Qué hacer?
• Compórtese tranquilo y sereno; actuando con calma ordenaremos mucho mejor nuestras ideas y actuaremos mejor.
• Manda a llamar a un médico o a una ambulancia; recuerda que debes llevar contigo los teléfonos de emergencia.
• Aleje a los curiosos; además de viciar al ambiente con sus comentarios pueden inquietar más al lesionado.
• Siempre deberá darle prioridad a las lesiones que pongan en peligro la vida
o hemorragias
o ausencia de pulso y/o respiración,
o envenenamiento y
o conmoción o shock
• Examina al lesionado; revisa si tiene pulso, si respira y cómo lo hace, si el conducto respiratorio (nariz o boca) no está obstruido por secreciones, la lengua u objetos extraños; observa si sangra, si tienen movimientos convulsivos, entre otros. Si está consciente interrógalo sobre las molestias que pueda tener.
• Coloque al paciente en posición cómoda; manténgalo abrigado, no le dé café, ni alcohol, ni le permita que fume.
• No levante a la persona a menos que sea estrictamente necesario
¿Cuándo llamar al médico?
• Cuando la hemorragia es copiosa (ésta es una situación de emergencia).
• Cuando la hemorragia es lenta pero dura más de 4 a 10 minutos.
• En el caso de cuerpo extraño en la herida que no se desprende fácilmente con el lavado.
• Si la herida es puntiforme y profunda.
• Si la herida es ancha y larga y necesita ser suturada.
• Si se han cortado tendones o nervios (particularmente heridas de la mano).
• En caso de fracturas.
• Si la herida es en la cara o partes fácilmente visibles donde se vería fea una cicatriz.
• Si la herida es tal, que no puede limpiarse completamente.
• Si la herida ha sido contaminada con polvo, tierra, etc.
• Si la herida es de mordedura (animal o humana).
• Al primer signo de infección (dolor, enrojecimiento, hinchazón - sensación de pulsación).
• Cualquier lesión en los ojos.
Signos Vitales
Los signos vitales son mediciones de las funciones más básicas del cuerpo. Los cuatro signos vitales principales que los médicos y los profesionales de salud examinan de forma rutinaria son los siguientes:
• La temperatura del cuerpo.
• El pulso.
• La respiración (la frecuencia respiratoria).
• La presión sanguínea. (La presión de la sangre no se considera un signo vital, pero se suele medir junto con ellos.)
Los signos vitales son muy útiles para detectar o monitorizar problemas de salud. Los signos vitales se pueden medir en un establecimiento médico, en casa, en el lugar en el que se produzca una emergencia médica o en cualquier sitio.
La temperatura
La temperatura normal del cuerpo de una persona varía dependiendo de su sexo, su actividad reciente, el consumo de alimentos y líquidos, la hora del día y, en las mujeres, de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentren. La temperatura corporal normal, de acuerdo con la Asociación Médica Americana (American Medical Association), puede oscilar entre 97,8° F (o Fahrenheit, equivalentes a 36,5°C, o Celsius) y 99°F (37,2°C).
¿Qué es la fiebre?
La fiebre (también llamada pirexia) se define como una temperatura del cuerpo mayor que la normal en una determinada persona. Generalmente indica que existe algún proceso anormal en el cuerpo. La gravedad de una condición no se refleja necesariamente en el grado de fiebre. Por ejemplo, la gripa puede causar fiebre de 104° F (40° C), mientras que una persona con neumonía puede tener una fiebre muy baja o no tener fiebre.
El pulso
El ritmo del pulso es la medida de la frecuencia cardiaca, es decir, del número de veces que el corazón late por minuto. Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, las arterias se expanden y se contraen con el flujo de la sangre. Al tomar el pulso no sólo se mide la frecuencia cardiaca, sino que también puede indicar:
• El ritmo del corazón.
• La fuerza de los latidos.
El pulso normal de los adultos sanos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. El pulso puede fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y las emociones. Las niñas de 12 años de edad y las mujeres en general, suelen tener el pulso más rápido que los hombres. Los deportistas, como los corredores, que hacen mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener ritmos cardiacos de hasta 40 latidos por minuto sin tener ningún problema.
Frecuencia respiratoria
La frecuencia respiratoria es el número de veces que una persona respira por minuto. Se suele medir cuando la persona está en reposo, y consiste simplemente en contar el número de respiraciones durante un minuto contando las veces que se eleva su pecho. La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre, las enfermedades y otras condiciones médicas. Cuando se miden las respiraciones también es importante tener en cuenta si la persona tiene dificultad para respirar.
La frecuencia respiratoria normal de un adulto que esté en reposo oscila entre 15 y 20 respiraciones por minuto. Cuando la frecuencia es mayor de 25 respiraciones por minuto o menor de 12 (en reposo) se podría considerar anormal.
Presión sanguínea
La presión de la sangre, que la enfermera u otro profesional para el cuidado de la salud mide con un manguito de presión sanguínea y un estetoscopio, es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cada vez que el corazón late, bombea sangre hacia las arterias, por lo que la presión de la sangre es más alta cuando el corazón se contrae. Una persona no se puede tomar la presión de la sangre a sí misma a no ser que tenga un aparato electrónico para medirla. Los monitores electrónicos de la presión de la sangre también pueden medir el ritmo cardíaco o pulso.