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FRACTURA
Es una interrupción de la continuidad ósea o cartilaginosa o tan sencillo como: la rotura de un hueso.
SÍNTOMAS
Dolor
Impotencia Funcional
Deformidad
Hematoma
Fiebre
DOLOR
Es el síntoma capital y suele localizarse sobre el punto de fractura. Aumenta de forma considerable al menor intento de movilizar la zona afectada y al ejercer presión (aunque sea muy leve).
IMPOTENCIA FUNCIONAL
Es la incapacidad de llevar a cabo las actividades en las que normalmente interviene el hueso.
DEFORMIDAD
Depende mucho del tipo de fractura, pero algunas forman deformidades tan características que a los expertos les basta en su observación para averiguar qué hueso se ha fracturado.
HEMATOMA
Se produce por la lesión de los vasos sanguíneos que irrigan el hueso.
FIEBRE
A veces, sobre todo en fracturas graves, puede aparecer fiebre sin que exista infección alguna. La fiebre puede ser debida a la inflamación de los tejidos adyacentes.
CLASIFICACIÓN DE LAS FRACTURAS
Se pueden clasificar atendiendo a los siguientes factores: estado de la piel, localización de la fractura en el propio hueso, trazo de la fractura, tipo de desviación de los fragmentos y mecanismo de acción del agente traumático.
SEGÚN EL ESTADO DE LA PIEL
Fracturas cerradas
Fracturas abiertas
FRACTURAS CERRADAS
(que también se conoce como fractura compuesta)
Son aquellas en las que la fractura no comunica con el exterior, ya que la piel no ha sido dañada.
FRACTURAS ABIERTAS
(que también se conoce como fractura simple)
Son aquellas en las que se puede observar el hueso fracturado a simple vista, es decir, existe una herida que deja los fragmentos óseos al descubierto. Unas veces, el propio traumatismo lesiona la piel y los tejidos subyacentes antes de llegar al hueso; otras, el hueso fracturado actúa desde dentro, desgarrando los tejidos y la piel de modo que la fractura queda en contacto con el exterior.
SEGÚN SU LOCALIZACIÓN
Epifisarias (localizadas en las epí­fisis)
Diafisarias (localizadas en la diáfisis)
Metafisarias (localizadas en la metáfisis)
LOS HUESOS LARGOS SE PUEDEN DIVIDIR ANATÓMICAMENTE EN TRES PARTES PRINCIPALES: DIÁFISIS, EPÍFISIS Y METÁFISIS
La diáfisis es la parte más extensa del hueso, que corresponde a su zona media.
Las epí­fisis son los dos extremos, más gruesos, en los que se encuentran las superficies articulares del hueso. En ellas se insertan gran cantidad de ligamentos y tendones, que refuerzan la articulación.
Las metáfisis son unas pequeñas zonas rectangulares comprendidas entre las epí­fisis y la diáfisis. Sobre ellas se encuentra el cartí­lago de crecimiento de los niños.
EPIFISARIAS (LOCALIZADAS EN LA EPÍFISIS)
Si afectan a la superficie articular, se denominan fracturas articulares y, si aquélla no se ve afectada por el trazo de fractura, se denominan extraarticulares.
DIAFISARIAS (LOCALIZADAS EN LA DIÁFISIS)
Pueden afectar a los tercios superior, medio o inferior.
METAFISARIAS (LOCALIZADAS EN METÁFISIS)
Pueden afectar a las metáfisis superior o inferior del hueso.
EPIFISIOLISIS
Cuando la fractura epifisaria se produce en un niño e involucra al cartí­lago de crecimiento,
SEGÚN EL TRAZO DE LA FRACTURA
Transversales
Oblicuas
Longitudinales
En «ala de mariposa»
Conminutas
TRANSVERSALES
La lí­nea de fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso.
Oblicuas: la lí­nea de fractura forma un ángulo mayor o menor de 90 grados con el eje longitudinal del hueso.
LONGITUDINALES
La lí­nea de fractura sigue el eje longitudinal del hueso
EN "ALA DE MARIPOSA"
Existen dos lí­neas de fractura oblicuas, que forman ángulo entre si y delimitan un fragmento de forma triangular
CONMINUTAS
Hay múltiples lí­neas de fractura, con formación de numerosos fragmentos óseos.
TIPOS DE FRACTURAS EN NIÑOS
Debido a la gran elasticidad de sus huesos, se producen dos tipos especiales de fractura:
Incurvación diafisaria
En "tallo verde"
INERVACIÓN DIAFISARIA
No se evidencia ninguna fractura lineal, ya que lo que se ha producido es un aplastamiento de las pequeñas trabéculas óseas que conforman el hueso, dando como resultado una incurvación de la diálisis del mismo.
EN "TALLO VERDE"
El hueso está incurvado y en su parte convexa se observa una lí­nea de fractura que no llega a afectar todo el espesor del hueso.
SEGÚN LA DESVIACIÓN DE LOS FRAGMENTOS
Anguladas
Con desplazamiento lateral
Acabalgadas
Engranadas
ANGULADAS
Los dos fragmentos en que ha quedado dividido el hueso a causa de la fractura forman un ángulo
CON DESPLAZAMIENTO LATERAL
Las dos superficies correspondientes a la lí­nea de fractura no quedan confrontadas entre si, por haberse desplazado lateralmente uno o los dos fragmentos
ACABALGADAS
Uno de los fragmentos queda situado sobre el otro, con lo cual se produce un acortamiento del hueso afectado
ENGRANADAS
Uno de los fragmentos ha quedado empotrado en el otro
SEGÚN EL MECANISMO DE PRODUCCIÓN
Traumatismo directo
Traumatismo indirecto
Contracción muscular brusca
TRAUMATISMO DIRECTO
La fractura se produce en el punto sobre el cual ha actuado el agente traumático. Por ejemplo: fractura de cúbito por un golpe fuerte en el brazo.
TRAUMATISMO INDIRECTO
La fractura se produce a distancia del lugar donde ha actuado el agente traumático. Por ejemplo: fractura del codo por una caí­da sobre las palmas de las manos.
CONTRACCIÓN MUSCULAR BRUSCA
En deportistas y personas con un gran desarrollo muscular se pueden producir fracturas por arrancamiento óseo al contraerse brusca y fuertemente un músculo determinado. También se han observado fracturas de este tipo en pacientes sometidos a electroshok.
FRACTURA SIMPLE
Solo implica una línea de fractura, por lo que el hueso se quiebra solo por una parte generando dos fragmentos. El hueso permanece en su posición sin desplazarse ni causar mayor lesión, siendo considerada una fractura estable
Entran en este grupo las fracturas transversales, las fracturas lineales y las fracturas oblicuas (se diferencian por el ángulo y la posición que ocupan respecto el eje mayor del hueso).
Son de fácil reducción (procedimiento en el que se ajustan los fragmentos de hueso), lo cual hace que su tratamiento sea fácil y de pronóstico favorable. El tratamiento se basa en el reposo y en técnicas conservadoras como el tratamiento ortopédico: técnicas no invasivas que buscan inmovilizar la parte afectada mediante el uso de férulas como escaloyas u otros dispositivos. El objetivo de este tratamiento es mantener los extremos de la fractura en contacto a fin de permitir que el tejido cicatrizal forme un callo que fusione ambos extremos
FRACTURA CONMINUTA
El hueso se rompe en más de dos partes y se desprenden muchos pedazos
Fractura muy grave
Puede clasificarse en fractura con fragmentos de mariposa o fractura segmental
Complicación- necrosis
Suele tardar en sanar y a veces se requiere de cirugía para la resección de los fragmentos pequeños para evitar complicaciones y favorecer la osteosíntesis entre fragmentos sanos para su correcta consolidación
FRACTURA EN ESPIRAL
Llamada también fractura por torsión
El hueso se rompe en dos o tres partes grandes y no se generan fragmentos pequeños
son de muy difícil reducción y pueden comprometer a Los vasos sanguíneos o nervios circundantes. Por este motivo, se precisan varias semanas o meses de tratamiento ortopédico
FRACTURA ABIERTA
Esta fractura se produce cuando el extremo afilado de un hueso roto atraviesa la piel y la rompe
Además de la fractura ósea hay lesión de la piel o de los tejidos adyacentes
Puede permitir la entrada de microorganismos y suciedad en el interior del hueso roto y causar una infección ósea, impidiendo que la fractura se cure
La principal complicación es que el hueso expuesto se infecte- puede generar sepsis y osteonecrosis- pérdida del miembro
Son una urgencia médica y el tratamiento debe ser rápido y adecuado
FRACTURA CERRADA
Se caracterizan por no presentar heridas que comuniquen el foco de la factura con el exterior
Su signo más visible es la deformidad de la parte afectada
No constituyen en sí una urgencia médica, a no ser que haya indicios de lesiones vasculares
El tratamiento conservador y de tipo ortopédico suelen ser los más recomendables en este tipo de fracturas, a excepción de complicaciones o politraumatismos que requieran de una intervención quirúrgica.
FRACTURA EN TALLO VERDE
Se considera una fractura incompleta ya que sólo uno de los lados del hueso se fractura y el hueso se dobla
Ocurren mayoritariamente en niños
Son de fácil reducción ya que no hay desplazamiento, pero el problema en este tipo de fracturas es que se corre el riesgo de fractura constantes debido a la alta elasticidad de los huesos de los infantes
Su tratamiento se basa en el reposo y la inmovilización del hueso afectado con una férula para juntar las partes fisuradas del hueso para que puedan consolidarse. El riesgo de este tipo de fracturas es mayor en los niños pequeños (menores de diez años), pues tienen los huesos más blandos. Una de las complicaciones es que el hueso se quiebre por completo
FRACTURA DE ESTRÉS
Es un tipo de fractura poco conocida y ocurre por el movimiento repetitivo que poco a poco va debilitando la estructura ósea hasta que la lesiona y ocurre la fractura
En determinadas regiones, en aquellas donde hay riesgo de que se rompa el hueso, es muy importante hacer un diagnóstico precoz, siendo necesarias pruebas de imagen más avanzadas que las radiografías, como una resonancia magnética o una gammagrafía ósea
El tratamiento que reciben es similar a las otras fracturas pues el hueso tiene capacidad de regeneración, aunque las recuperaciones suelen ser más lentas. Por este motivo, la gran mayoría se tratan con terapias conservadoras (reposo y rehabilitación) y no siempre es necesario una inmovilización. Solo se usa la cirugía cuando existe el riesgo de que se de una fractura mayor
CONSOLIDACIÓN DE LAS FRACTURAS
Al ocurrir la separación de los extremos fracturarios, se produce la interrupción de las funciones biológicas de intercambio del hueso con el organismo; dichos extremos se quedan desprovistos de circulación, se pierde la continuidad del sistema haversiano y se destruye la potencialidad de remodelación constante del periostio.
La reorganización de estos procesos no resulta fácil y requiere un periodo de tiempo mayor o menor que tendrá que ver con el sitio de la fractura, el daño ocasionado, el número de fragmentos, la exposición o no del foco, la edad del paciente.
Además, esto no es un proceso único, como ocurre en otras reparaciones hísticas, sino que evoluciona por fases, cada una de las cuales se caracteriza por la entrada en escena de nuevos elementos que confluyen en la formación del callo.
PRIMER PERÍODO: HEMATOMA FRACTURARIO
Entre ambos extremos se produce un sangramiento que procede tanto del hueso como de la lesión que este ocasiona en los tejidos vecinos. Por ello en el hematoma flotan distintos tipos de elementos: osteocitos, células grasas, elementos fibrosos, células sanguíneas, elementos minerales, etc.
Debido al aporte de estos elementos destruidos, el hematoma se coagula en el curso de los primeros días y atrapa en su interior dichos elementos entre las redes de fibrina
SEGUNDO PERÍODO: HIPERVASCULARIZACIÓN
En el sitio de la fractura, esa masa es invadida por numerosos capilares sanguíneos que permiten el intercambio. Los elementos sincitiales de estos vasos constituyen las células, ,los cuales sufren una metaplasia, pasan a formar islotes cartilaginosos y osteocitos productores de sustancia fundamental ósea.
No solo vasos invadirán esta zona, sino también tejidos fibroso y colágeno que a la manera de red comienzan a unir los extremos fracturarios y sirven de zona de asiento a las células que inician su transformación.
Para que el proceso de hipervascularización no se interrumpa, es necesario garantizar la mayor estabilidad del foco lesional, y de ahí que se haga necesario utilizar la inmovilidad rígida y mantenida, para evitar la continua ruptura de los elementos capilares y fibrosos, lo cual impediría la evolución del callo y el paso al tercer período.
TERCER PERÍODO: CALLO FIBROSO
Entre los extremos óseos se desarrolla el callo, de ahí la importancia de afrontarlos y la necesidad de reducir al mínimo el espacio que la masa fibrosa debe rellenar.
Los puentes fibrosos alrededor de las células osteoformadoras garantizan la estructura trabecular ósea; estas células al principio están de forma dispersa e irregular, y en múltiples direcciones.
Los islotes cartilaginosos ahí formados evolucionan hacia una osificación endocondral, según el tenor de oxígeno existente en los tejidos.
En este período también cambia el pH del foco, haciéndose alcalino, lo cual favorece la precipitación de los iones de calcio.
EI callo fibroso o primario es todavía blando y puede ser alterado por las distintas fuerzas que actúan sobre el hueso; por esta razón, debemos preservarlo de dichas fuerzas y contribuir a su paso al próximo periodo.
CUARTO PERÍODO: OSIFICACIÓN DEL CALLO FIBROSO O FORMACIÓN DEL CALLO SECUNDARIO
Se caracteriza por fases de resorción lacunar de los osteoclastos, unidas a la aparición de nuevos osteoblastos secretores de sustancia colágena; por la formación de osteonas (unidades celulares ósseas), secretoras de sustancia fundamental que se va calcificando, y, muy en especial, por la aparición de mamelones o retoños haversianos que van sellando el foco fracturario y dando origen a una osificación membranosa.
QUINTO PERÍODO: RESORCIÓN
EI proceso de consolidación ya ha terminado, pero falta que el hueso recupere su forma anterior. EI paciente se ha reintegrado a su vida normal, los elementos de fijación pueden haberse retirado, pero el metabolismo óseo continuara reabsorbiendo, mediante los osteoclastos, los elementos que pasaran al sistema orgánico.
Aparecen nuevos sistemas de Havers organizados alrededor de los vasos sanguíneos; en forma de laminas ósseas se ira delimitando cada vez más la zona cortical de la esponjosa, y se terminará de borrar la línea de fractura, que solo quedará como una cicatriz de la lesión sufrida.
Se producirá la remodelación del hueso, junto con la solidificación y la reconstrucción total de su estructura.